
Los sistemas de alerta que dependen de la Subsecretaría de Gestión de Riesgos no resultan suficientes. Las leyes con penas severas tampoco han sido una solución: es necesario articular acciones concretas y trabajar en el territorio para lograr una prevención verdadera.
Las reservas naturales de Córdoba -tanto los Parques Nacionales, la Quebrada del Condorito, como las reservas provinciales o de usos múltiples-se han convertido en focos de combustible que, ante cualquier error humano, resultan imposibles de controlar.
Desde hace mucho tiempo sostenemos que la prevención debe realizarse directamente en el terreno: con contrafuegos de, al menos, 50 metros a lo largo y ancho del territorio provincial. Sin embargo, la oposición del ambientalismo cordobés ha frenado sistemáticamente estas medidas, y la justicia provincial ha sido garante de esa inacción. Las consecuencias están a la vista: lo que se decía querer proteger, hoy está destruido.
Es necesario ponernos a trabajar en el terreno. Tomar decisiones concretas sobre cómo conservar, integrando la ganadería y las comunidades locales en ese proceso. La conservación debe hacerse con las personas adentro, con manejo activo y acciones directas. En el pasado, los Parques Nacionales permitían este tipo de gestión, pero fueron cooptados por una ideología que ignora la destrucción de lo que dice conservar.
El resultado es claro: Córdoba lidera la superficie afectada por incendios en los últimos 20 años. Primero se queman las reservas, luego los campos de los productores y su infraestructura, llevando a la ineficacia del Estado que con paliativos pretende subsanar la destrucción total que ha ocurrido.
La familia rural está cansada de tener que pelear con el fuego y la burocracia. Las soluciones y planes están escritos, solo hay que ejecutarlos.
Se ha hablado mucho, tenemos los planes de prevención sin ejecutar por dilaciones injustificadas. Lo que hoy azota a Córdoba y a La Pampa de Achala nos tiene que servir de ejemplo de que no va más el plan que se llevó a cabo hasta ahora. Es momento de avanzar hacia una prevención real y efectiva, que solo será posible interviniendo de manera directa sobre el territorio.
Guillermo Vitelli, Director SRA D4
Sebastián Laborde, Director SRA D4
Andrés Costamagna, Director SRA